El flamenco tal y como lo conocemos hoy día data del s.XVIII. De todas las hipótesis que existen sobre su origen la más aceptada por los entendidos es la que asegura que tiene un origen morisco. Si cerramos los ojos, le ponemos imaginación y nos trasladamos hasta la España árabe, las modulaciones y melismas que definen al género flamenco pueden provenir de los cantos monocordes islámicos.
La palabra flamenco, al menos eso indica la teoría más extendida, deriva de los términos árabes «Felah-Mengus«, que juntos significan «campesino errante». A pesar de ser la teoría con más aceptación existen otras muchas.
La mezcla de pueblos que se dio en Andalucía (musulmanes, gitanos, castellanos, judíos, etc) dio origen a esta música y danza tan característica. Dejando a un lado teorías, no hay duda en asegurar que el flamenco nace del propio pueblo, pues tiene una clarísima raíz folclórica. Arte, duende, salero y unos buenos zapatos de baile flamenco y el espectáculo está asegurado!
Está considerado como Patrimonio Cultural inmaterial de la Humanidad desde el 2010 momento en el que más de 30.000 personas procedentes de 60 países votaron por la candidatura del flamenco a través de internet.
Practicado mundialmente, podemos encontrar en por ejemplo, Japón unas sesenta mil personas que estudian en seiscientas cincuenta academias repartidas por todo el país. En Japón el flamenco es tan popular que en ese país hay más academias de flamenco que en España. Así que si eres un apasionado de este arte y andas por el mundo, no olvides llevar en la maleta unos zapatos de flamenco con buen sonido por si acaso te animas a arrancar por peteneras!
El flamenco ha ido evolucionando hasta convertirse en universal. Importantes artistas han llevado el flamenco por los cinco continentes, llegando a una nueva era donde los medios de comunicación son testigos de su gracia, su fuerza, su arte y su duende.