Humanizar a tu mascota

Es un error tratar a los perros como si fueran personas. En muchos aspectos, tienen necesidades distintas a las nuestras. Pero, también es cierto, que en otras facetas se parecen más a nosotros de lo que creemos. La postura correcta es ser conscientes de las diferencias y semejanzas con los perros, para poder tolerar, respetar y disfrutar de la convivencia con el perro

Los situamos en el rol de hijos o los utilizamos como equilibradores del afecto de vínculos disfuncionales. Entre la domesticación y el apego. Así es la historia de la relación humano-animal.

perro

En los últimos años se ha dado una vuelta de tuerca más, y según destaca el profesor de ética aplicada de la Universidad de Girona y la UOC, Ramon Alcoberro, «la mayor parte de las personas que tienen mascotas consideran que son parte de su familia, por lo que muchas veces el perro o el gato acaba siendo el nexo de unión entre los habitantes de una misma vivienda».

Los problemas de convivencia suelen deberse, entre otras causas a planteamientos educativos erróneos y al desconocimiento de las necesidades del animal. El comportamiento del perro es el resultado de su herencia genética, de la educación que ha recibido y de las experiencias que vive, sobre todo cuando es un cachorro.

Todo esto no quiere decir que tratemos bien a nuestras mascotas, incluso mejor que bien, comprando el mejor pienso ecológico o la mejor cama y bebedero que nos podamos permitir para poder darle la mejor vida a nuestro compañero, sino que debemos medir nuestras reacciones y ser conscientes que a pesar de ser parte de nuestra familia son animales que conviven con nosotros.