Los especialistas en decoración y psicólogos conocen muy bien la influencia que tiene la decoración que elegimos en nuestro hogar en nuestro estado de ánimo.
Uno de los aspectos más decisivos son los colores. Cuando elijamos los colores de nuestra casa debemos tener en cuenta que los colores cálidos como el rojo o el naranja favorecen la sensación de alegría y fomentan el dinamismo, en cambio si lo llevamos al extremo podríamos causar agresividad. Por siempre se recomienda usarlos en tapicerías o solamente en una pared para destacarla.
Por otra parte los colores fríos como el verde o el azul transmiten serenidad y relajación. Ideales para agrandar espacios pequeños pero si los usamos en exceso puede quedar un ambiente muy impersonal y hasta deprimente.
En una ocasión el biólogo Jonas Salk afirmó que pudo descubrir la vacuna contra la poliomelitis gracias a que se trasladó de su oscuro laboratorio en Pittsburgh a un luminoso monasterio italiano en Assisi. Sin lugar a dudas se trata de una afirmación osada pero en los últimos años los psicólogos han descubierto que los espacios grandes adecuadamente iluminados, estimulan la creatividad, previenen la depresión e incluso detienen el declive cognitivo que se evidencia con el paso del tiempo.
Seguro que has observado como nuestra hogar se desordena y se descuida cuando nuestro estado de ánimo no es el más adecuado, que mejor que una buena sesión de orden y limpieza para poner cada cosa en su sitio, tanto literal como metafóricamente.
El ánimo de una persona siempre está influenciado por su entorno, si alrededor hay paz y tranquilidad también lo habrá en su interior. La decoración de nuestro hogar es mucho más importante de lo que creemos, una buena empresa de decoración nos puede ayudar a encontrar el entorno más adecuado para el momento que estamos viviendo o para que concuerde con nuestra personalidad.