Es muy sabido que tener un perro aporta muchos beneficios pero también requiere responsabilidades. Cuando acogemos un animal en casa tenemos que tener claro que necesita sus cuidados y necesita tener unos horarios sobretodo para cubrir sus necesidades.
Un perro no necesita una gran cantidad de artículos para vivir, como imprescindibles; una correa, una cama, un bebedero. Donde quizá notemos un mayor gasto económico será en el pienso y en las visitas al veterinario, pero a cambio ellos nos aportan miles de momentos únicos.
Entre los beneficios podemos remarcar la fidelidad y la incondicionalidad, que muchas veces no lo encontramos en los seres humanos.
Entre muchos beneficios destacamos; que las personas que tienen perro enferman menos, la cantidad de desinfectante que usamos nos está haciendo más débiles frente a los gérmenes: nuestro cuerpo está expuesto a menos gérmenes y no construye las suficientes inmunidades a ellos. Debido a esto, las personas con perros parecen enfermar con menos frecuencia que las personas que no tienen perro.
Las personas con perro son menos propensas a sufrir depresiones. Aumentamos nuestra actividad física ya que sacarlo a pasear nos empuja a hacer ejercicio e indirectamente nos abre la posibilidad de aumentar nuestra vida social activa.